Férulas de tobillo mejoran movilidad después de una apoplejía
Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 13 Mar 2009
Una nueva revisión de estudios ha mostrado que las férulas de tobillo y pie pueden ayudarles a los pacientes con apoplejía a recuperar la capacidad de caminar y mantener su equilibrio. Actualizado el 13 Mar 2009
Investigadores de la Universidad de Salford (Manchester, RU) analizaron 14 estudios clínicos incluyendo a 429 participantes que examinaron la mejora posible después de ortótica con respecto a la velocidad del caminar, equilibrio, y longitud del paso; también evaluaron la caída del pie durante la fase de equilibrio al caminar. Los investigadores solo incluyeron estudios que examinaron los efectos inmediatos de las férulas para ver el impacto a largo plazo. Los resultados de estos estudios mostraron que las férulas ortóticas de tobillo y pie pueden ayudar a los pacientes con apoplejía a recuperar su capacidad de caminar y mantener el equilibrio, pero ofrecieron menos mejoría para otras actividades, como subir escaleras. La revisión también descubrió, sorprendentemente, que usar férulas de las muñecas no producía signos de mejoría en las manos o los brazos; en efecto, las férulas de muñecas no tuvieron efecto sobre la capacidad de usar el brazo, ni cambio en el rango de movimiento de la muñeca, dedos, o pulgares, o en el dolor acompañante. La revisión fue publicada en la edición de Enero de 2009 de la revista The Cochrane Library, publicada por The Cochrane Collaboration, una organización internacional, independiente, sin ánimo de lucro, que produce y distribuye revisiones sistemáticas de intervenciones de cuidado de salud, y promueve la investigación en busca de evidencia, en la forma de ensayos clínicos y otros estudios de intervenciones.
"Este resultado también fue sorprendente puesto que se piensa que el uso de la ortótica para prevenir contracturas (pérdida del rango de movimiento) es muy importante para restablecer el uso del brazo después de una apoplejía”, dijo la coautora Sarah Tyson, Ph.D., una investigadora principal del centro para la rehabilitación e investigación del desempeño humano de Salford. "Esos estudios ponen esa creencia en duda; sin embargo, los resultados están basados en un número muy pequeño de estudios, de modo que necesitamos hacer ensayos más grandes y mirar el uso de la ortótica combinada con otros tratamientos establecidos, como la fisioterapia o la toxina botulínica”.
Las férulas ortóticas son hechas de plástico o metal; los médicos usualmente acostumbran moldear las férulas de tobillo y pie, a la pierna inferior y luego ajustarlos para ayudar a compensar el déficit específico del paciente. En la mayoría de las veces, las férulas empiezan alrededor de la protuberancia del pie y se extienden hacia arriba hasta unas pocas pulgadas debajo de la rodilla. Las férulas del brazo y la mano incluyen con más frecuencia la palma hasta una pulgada por encima de la muñeca. Inicialmente, esos refuerzos son usados para aumentar el rango de movimiento en los dedos y las manos que pueden haber estado congelados en un principio o tener músculos que son difíciles de controlar después de una apoplejía. Esto busca ayudarle al paciente a recobrar el uso de sus extremidades superiores para comer, escribir, o recoger cosas más eficientemente.
Enlace relacionado:
University of Salford
The Cochrane Collaboration