Lentes ajustables permiten que la gente pobre vean mejor

Por el equipo editorial de HospiMedica en español
Actualizado el 06 Feb 2009
Un par de lentes que pueden ser sintonizados por el usuario para corregir su visión por sí mismos, permitirán el acceso gafas accesibles, a millones de personas en el tercer mundo, que de otra manera nunca podrían tener.

Una búsqueda ambiciosa para ofrecer gafas a mil millones de personas pobres en el mundo en el 2020 ha sido lanzada por el profesor retirado de física Joshua Silver, Ph.D., de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Algunos 30.000 pares de lentes ya han sido distribuidos en 15 países, pero el profesor Silver y su equipo planean lanzar un ensayo en la India, en la cual esperan distribuir 1 millón de pares de lentes. Su meta es distribuir 100 millones de gafas anualmente, dentro de unos pocos años. Ya que se calcula la necesidad mundial de corrección visual básica, para más de la mitad de la población mundial, el profesor Silver no ve razón para detenerse en mil millones.

Las gafas Adaptive Eyecare (Oxford, RU) se basan en el principio de cuanto más curva es una lente, más poderosa se vuelve una función óptica similar a la de los lentes cristalinos en el ojo humano. Dentro de las lentes externas plásticas duras del dispositivo están dos sacos de membrana circular transparente llenos con líquido, cada uno de los cuales está conectado a una jeringa pequeña unida a uno de los brazos de las gafas. El usuario ajusta un dial en la jeringa para adicionar o reducir la cantidad de líquido en la membrana, cambiando así el poder de los lentes. Cuando el usuario está contento con la resistencia de cada lente, la membrana del lente se sella girando un tornillo pequeño, y se retiran las jeringas auxiliares usadas para ajustar los lentes. El proceso toma menos de un minuto para ambos ojos. El rango de poder de las lentes es +6 a -6 dioptrías, y la calidad óptica es similar a la del ojo humano típico.

Las implicaciones de traer gafas al alcance de las comunidades pobres son enormes, dijo el profesor Silver. Las tasas de alfabetización aumentan, los pescadores son de nuevo capaces de remendar sus redes, y las mujeres pueden volver a zurcir la ropa. Durante un en ensayo de campo inicial en Ghana (patrocinado por el gobierno británico), el profesor Silver se reunió con un hombre llamado Henry Adjei-Mensah, cuya vista se había deteriorado con la edad, y se había visto forzado a retirarse como sastre porque ya no podía ver más para enhebrar la aguja de su máquina de coser.

"Sí, se retira. Tenía aproximadamente 35 años. Podía haber trabajado durante al menos otros 20 años”, relató el profesor Silver, quien también patrocinó Adaptive Eyecare. "Le pusimos esos lentes, y sonrió, y enhebró su aguja, y aceleró con esta máquina de coser. Él puede trabajar ahora. Puede ver”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (Ginebra, Suiza) hay actualmente aproximadamente mil millones, incluyendo 10% de niños en edad escolar, en el mundo que se beneficiaría de corrección de la visión, pero todavía no han sido corregidos, principalmente porque los números de personal entrenado para dar la corrección de la visión en la manera convencional son inadecuados para satisfacer la demanda. Alrededor de un quinto de cualquier grupo de personas necesitará corrección de la visión para conseguir la mejor agudeza que sus ojos puedan conseguir; cuando una población envejece, esta fracción también aumenta, cuando una condición conocida como presbicia, una disminución en el poder de acomodación del lente cristalino, se desarrolla. Estas estadísticas tienen implicaciones profundas, puesto que cientos de millones de adultos que no tienen la corrección de la visión que requieren para ser social y económicamente activos, y muchos niños están educativa y socialmente en desventaja.

Enlace relacionado:
Oxford University
Adaptive Eyecare
World Health Organization



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